Es importante que, cuando los padres piensan en la salud de sus hijos, consideren la importancia del calcio para su correcto desarrollo pues, la falta de calcio durante la infancia puede llevarlos a sufrir enfermedades.
El calcio es un micronutriente mineral imprescindible para crecer con unos dientes y huesos sanos, pero también para que corazón, músculos y nervios trabajen correctamente.
El hueso es un tejido vivo que cambia sus pedazos viejos por nuevos durante toda su vida. El calcio y el fósforo son sus principales componentes, y la vitamina D uno de los factores reguladores de su metabolismo cálcico más importantes.
En la infancia y la adolescencia, los períodos de formación de masa ósea son mayores que los de destrucción, por lo que cuanto más calcio y actividad física tengan nuestros hijos en este período, mejor densidad y calidad ósea tendrán en la edad adulta, que es cuando el hueso entra en una fase de mayor destrucción de masa ósea que de formación de la misma.
Por lo tanto, si nos hemos preocupado de nuestra salud ósea durante la infancia, lo disfrutaremos plenamente en la etapa adulta.
Además, el calcio tiene otras funciones importantes como: contribuir a regular la función muscular y las contracciones del corazón, facilitar la trasmisión de impulsos nerviosos y auxiliar en la coagulación de la sangre. Es esencial para el correcto funcionamiento del metabolismo y la glándula paratiroides, y propicia el mantener un peso saludable.
Cómo dar a mi hijo el calcio que necesita
La leche materna y las fórmulas infantiles son la mejor alternativa para dar al bebé el aporte de calcio y vitamina D que necesita para su correcto desarrollo.
Con respecto a los niños y adolescentes, hay que asegurarse de que toman leche, alimentos ricos en calcio en todas las comidas y que hacen ejercicio para fortalecer la resistencia de sus huesos y músculos.
De entre los alimentos que ingerimos en nuestra dieta, los alimentos con mayor cantidad de calcio son: productos lácteos, vegetales (sin oxalatos, fitatos o uronatos ), frutos secos, pescados de hueso blando, alimentos enriquecidos con calcio y el agua.
Las ingestas diarias de calcio recomendadas para niños y adolescentes son:
- Bebés (0-6 meses): 200 mg/día
- Bebés (6-12 meses): 260 mg/día
- Niños (1-3 años): 700 mg/día en dos o tres raciones diarias.
- Niños (4-8 años): 1000 mg/día en dos o tres raciones diarias.
- Niños (9-13 años): 1300 mg/día
- Adolescentes (14-18 años): 1300 mg/día en cuatro raciones diarias.
Para los niños y adolescentes que, por diferentes motivos, no puedan obtener la cantidad de calcio que necesita su organismo a través de los alimentos, una buena alternativa es complementar su dieta diaria con suplementos de calcio de venta en la farmacia.
Posibles consecuencias de la falta de calcio en bebés, niños y adolescentes.
Un consumo adecuado de calcio y vitamina D en la infancia prevendrá a los niños de enfermedades como:
Hipocalcemia: nivel bajo de calcio en sangre que provoca espasmos, contracciones musculares, calambres, entumecimiento de los dedos, depresión, irritabilidad, confusión o desorientación. Es más común en bebés que en niños mayores, y tienen mayor riesgo los bebés prematuros y los bebés de madres con diabetes.
Raquitismo: enfermedad infantil que ablanda los huesos y causa piernas arqueadas, retraso en el crecimiento y las habilidades motoras, y dolor o debilidad muscular.
Osteoporosis: enfermedad sin cura que causa perdida de masa ósea y mayor propensión a fracturas dolorosas o deformaciones.
Obesidad: exceso de grasa corporal que aumenta el peso por encima de lo saludable, provocando enfermedades cardíacas, diabetes, presión arterial alta y determinados tipos de cáncer. Para prevenir la obesidad, el calcio incrementa el gasto energético y la oxidación de la masa muscular.
Diabetes: enfermedad en la que los niveles de glucosa en sangre son muy altos provocando ceguera, amputación de extremidades, insuficiencia renal, riesgo de infartos o accidentes cerebrovasculares. El calcio y la vitamina D son importantes para el funcionamiento de las células productoras de insulina.
Enfermedades degenerativas, como: artrosis, cáncer o arteriosclerosis.
Cuando los niños no puedan consumir la cantidad de calcio diaria recomendada mediante las comidas, es importante consultar con nuestro profesional sanitario para determinar la conveniencia o no de añadir a las comidas de bebés, niños o adolescentes un suplemento adicional de calcio.